Vistas de página en total

martes, 5 de octubre de 2010

Contra Libelos.

Contra libelos

Por Jesus Moises Delcid.
moisesdelcid@gmail.com

En la literatura han aflorado, la composición de ciertas obras que han hecho entrar en polémica y discusión temas por demás importantes y delicados, debido a las afirmaciones y teorías con las cuales se argumentan dichos escritos y que al ser propagados y difundidos a los lectores que en su mayoría carecen de elementos necesarios para discernir la verdad de la mentira en temas tan importantes. Por carácter ajeno a su vocación, profesión o interés personal. Despiertan una actitud de dogma hacia los autores de este tipo de libros.

Las afirmaciones gratuitas o superficiales son perjudiciales para la sociedad que las absorbe, por que confunden en ves de aclarar u orientar actitudes y actos que son primordiales para la armonía y la realización humana.

Es pues que este tipo de obras llevan el nombre de LIBELO, cuya definición viene a ser el escrito en que se denigra o se infama a personas o cosas. Otra manera de entenderlo es quitar honra y estimación a una persona o cosa y que puede adoptar la apariencia de un estudio serio.

Es aspecto comercial que se ha infiltrado en algunos escritores en la actualidad ha denigrado dicha profesión ya que por la finalidad de obtener altos ingresos en la venta y difusión de sus obras han descendido en la profundidad y en la estimación hacia la verdad y el aspecto humano de las mismas. Procurando encontrar estructuras que exploten el morbo en nocivos aspectos de la conducta humana, así como atacar aquello establecido con el fin de enarbolar una batalla contra lo que enaltece y dignifica a las personas, en un claro movimiento de contracultura.

Los escritores de libelos recurren a la mezcla de datos y lugares reales con personajes conocidos o imaginarios, a los cuales los relacionan con hechos ficticios. Despertando cierto interés e inquietud en los lectores de ocasión para en cierta forma darles incorrectos argumentos para sustentar sus vicios en una difamada, denigrada y falsa bandera de libertad.

Es así que observamos a ciertos intelectualoides enfrascados en acalorados discursos y discusiones (sobre todo de café), haciendo “ciencia” de dichos pasquines de conjeturas muy miopes acerca de los verdaderos temas de carácter científico y humano. Si hay que tener cuidado con lo que se come, se debe también tener cuidado con lo que se lee para mantener un congruente salud física y mental.

Es peligroso leer sin tener el cuidado de verificar lo que se entiende, por que el adoptar formas de pensamientos de manera insustancial nos lleva a conclusiones incorrectas e inadecuadas al carácter personal y humanitario.

Así pues no se puede escribir alguna obra seria, respetable y trascendente con el fin de que cada lector llegue a su propia conclusión ni que la asimile como crea que debe ser.

Debemos estar concientes de la categoría y el nivel de lectura que adoptamos, por que no es lo mismo leer una novela histórica que un tratado serio de la historia, las novelas tienen en mayor grado un carácter personal y subjetivo de su autor en cambio aquella obra de carácter serio, profundo y científico no se puede prestar a conclusiones personales de quien lo escribe, debe enfrascarse al rigor de los principios y fundamentos de la ciencia cuya tendencia y finalidad, es la verdad y la certeza.

No hay comentarios: