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lunes, 26 de noviembre de 2018

De lo perverso.


Por moises del cid.
La estética en lo disonante. La enajenación de lo establecido la rebeldía contra lo ortodoxo, la blasfemia ante el dogma. La apología de lo corrupto. Desencajar.
La descomposición de la idea sobre el lienzo, en un entramado que soborna al morbo del espectador, la podredumbre que se declara y toca el íntimo existencial humano despertando la angustia y la desolación. El constante temor humano donde la muerte acecha a cada instante. El envilecimiento que danza en lo decrepito conformando un espectaculo del desencanto y perturba la serenidad personal. La perversión como el engendro que cohabita muy dentro de cada uno y se manifiesta en la apreciación del vicio.
La descomposición de la virtud que cae en la putrefacción enajenante del placer de lo pecaminoso. El gozo en la podredumbre personal que ensancha en una peste de depravación que tiñe de negro lo puro y lo sacro. La herejía que fermenta la risa depravada y juega en una prostitución de un todo adulterado en degradación en lo que se percibe. La impureza que tacha lo simbólicamente virtuoso y decanta en un ídolo de la inmundicia. La infección como esencia icónica que va en reversa de lo perfecto. El extravío de la integridad por la contemplación de la necrosis poética.