Más allá de las musas.
Moises cid.
Ocurre comúnmente de quien escribe tiene algo extraordinario que contar,
una idea un sentimiento una situación, las deshace mentalmente para después imbricarlas
con sus palabras. Haciendo un tejido literario sobre lo que le conmueve. Escribir
es un ejercicio que hace a la persona apartarse de la pasividad, colocar sus
ideas en un hilo literario para compartir con otros lo que el piensa y siente
positiva o negativamente.
El escritor desentraña cada uno de sus sentimientos, de sus miedos, de sus experiencias, de sus esperanzas. Replanteándoselas mil veces para exponer lo acertado de ellas o plasmándolas sin ninguna reserva con el propósito de incrustar el sentimiento puro en su texto.
Escribir es un
psicoanálisis baratísimo.
Carmen Posadas.
La escritura es una autoexploración en carne propia, sacando a
relucir todo lo que se guarda con lo que se vive. Es la capacidad de
autocritica es conocerse así mismo para sazonar personalmente lo que se expresa
haciendo de su obra un relato único y humano. Es cuestionarse totalmente
tratando de conocer cada aspecto único e intimo, es desnudarse uno
mismo y verse así mismo.
Para escribir algo tienes que correr el riesgo de burlarte de ti mismo.
Anne Rice.
Escribir es una necesidad personal, es como el hambre
que te hace levantar de la cama a media noche para saborear lo que te apetece. Así
mismo es el escribir, saborear las palabras que se te vienen a la mente y
plasmarlas antes que escapen las ideas al olvido.
Un escritor trata de que no se le pudran las ideas por
malas o simples que sean, busca la mejor manera de plantearlas para que sean
dignas de ser leídas. Escribir es el juego de intentar contar cosas de manera
asombrosa. De hacer una simple idea algo que sea recordado por quien lo lea.
Los verdaderos
escritores son aquellos que quieren escribir, necesitan escribir, tienen que
escribir.
Robert Penn Warren.
Muchos
escritores no requieren de mortales aventuras para ejercitar su imaginación, se
requiere de la experiencia de la vida para aprender a plantear las situaciones
literarias. Saber conquistar al lector y conducirlo a lo más recóndito del
texto. Tentándolo a cada instante a querer saber más de lo que escrito. Y una
vez terminada de leer la obra sea la misma vida quien le recuerde sus palabras.
Cuán vano es sentarse
a escribir cuando aún no te has levantado para vivir.
Henry David Thoreau.
Aunque generalmente un escritor siempre termina diciendo
lo pude hacer mejor acerca de lo que escribe, tiempo después ocurre una
reconciliación con su obra. Nunca hay que olvidar que la obra escrita es mejor
que la obra ideada y pasada al olvido.
El escritor es alguien dispuesto a expresar ideas y
buscar cualquier oportunidad para contar algo.
Cada hoja escrita es una batalla victoriosa sobre todo
aquel pormenor que atenta destruir su
texto. El escritor avanza letra a letra intentando terminar su narración. Con esfuerzo
y disciplina sin descuidar la calidad de lo que escribe.
Así como los pequeños buscan la oportunidad de
escaparse de la escuela para irse de pinta. Así también quien escribe se aparta
de la rutina para exponer lo que guarda en mente. Para imprimir lo que ha
digerido en su reflexión. Para grabar con palabras en una hoja lo que siente. Busca
el tiempo y siempre esta dispuesta a ello.
Cuando todos duermen el
escritor sueña despierto, es en la noche en donde encuentra la armonía y la
serenidad para desnudar su mente. Para plasmar la huella indeleble de sus
palabras. Las deja reposar toda la noche en su hoja para que fermenten al
amanecer y fructifiquen en la mente de quien lo lea al día siguiente. El escritor
se disfraza de persona común durante el día para en la noche despojarse de su lastre
artificioso y nuevamente jugar como un chiquillo entre letras. Tramando nuevas ideas para escribir.
Aunque la humanidad
avance aceleradamente y se ahogue en el estrés diario, el escritor vive contra
corriente para no dejar lo que le da relevancia a su existencia. Se nace para
escribir y se vive para contar.
Si bien un escritor o
poeta no puede componer sus errores al menos puede componer sus palabras. Puede
adornar con bellas expresiones y palabras significantes cada uno de sus días,
explora el mundo y a las personas pero sobre todo se explora así mismo. Cuestión
que para muchos es imposible y doloroso. Hay escritores que no le temen al dolor muy por el
contrario lo abrazan y lo hacen su amigo. Hay quienes escriben sobre la alegría
y tienen la capacidad de contagiarla. Otros informan secamente. Místicos que
trazan aforismos profundos. Y otros sueñan y fantasean con nuevos mundos,
nuevos seres dependiendo de la capacidad de su imaginación y el arte de su
pluma.
Aunque hay muchos
escritos imperfectos, y hasta malos, para un escritor es como el árbol que se
desprende de sus hojas y de su corteza innecesaria para desarrollarse plenamente. Hasta llegar al grado de realizar
un estilo propio, con gracia y apetecible para cierto público que lo lee.
“un escritor profesional es un amateur que no se rinde”
Richard Bach.
La mejor manera de comenzar
a escribir es tener algo que contar. Cualquier idea es buena para iniciarse
como escritor y entre más sencilla es preferible. Ya que con la disciplina, la
practica y el ejemplo de escritores que se admiren se ira desarrollando y
avanzando por el mundo de las letras.
La literatura es esa dimensión tan próxima y distinta a la
rutina que se vive y en la cual se vuelven extraordinarios las personas y los
hechos. Es pues un escritor un humano sorprendente por que escapa de la rutina
común.
“La cosa por decir, dila”.
Robert Graves.
No hay comentarios:
Publicar un comentario