Por moises cid.
Es muy sabido de la catástrofe ambiental que
esta sufriendo el medio ambiente que rodea a los asentamientos humanos debido
al manejo descontrolado que agentes que son agresivos con la naturaleza y los
seres vivos, que en ella habitan, que difícilmente
se han podido adaptar a los estragos industriales y accidentes contaminantes
producto de la incompetencia humana.
Muchas especies entre la flora y la fauna en la
naturaleza se han extinto por el factor contaminante con que el hombre ha degradado al medio ambiente
que le rodea. Pero además esta ocurriendo un grave fenómeno dentro de la misma
sociedad humana, en los últimos años el desarrollo científico y tecnológico ha
producido un efecto contradictorio dentro de la masa social. A pesar de los
alcances que se han logrado, la conciencia de los seres humanos se ha desviado
en la solución de problemas que atentan su armonía con el medio ambiente y este descuido esta
produciendo efectos nocivos incluso para la convivencia social. Además de que
la industria sometiendo a la ciencia y a la tecnología para lograr un poderío, económicamente
exclusivo y unilateral, esta afectando la apreciación de la vida humana a un
juego especulativo y hedonista cuya vía es el consumismo exacerbado.
El hombre urbano no vive para ser feliz tan solo vive para tener productividad y pagar
deuda tras deuda. La significación del vivir humano tan solo se enclava en
poseer cosas que con el tiempo perderán valor por nuevos productos “mejorados”.
El hombre con estos parámetros de vida pierde
realmente su capacidad de asombro y aprecio por la naturaleza y su compromiso
moral para el cuidado de la misma. Y aun lo más grave de todo pierde su
capacidad de criterio, al ser indiferente de verificar que todo lo que se le
dice o se le informa sea verdad o una manipulación comúnmente conocida como “verdad
a medias”. Dejando en otros el que sea verdad lo que esta entendiendo.
El hombre actual se encuentra abrumado por
tanta información que los medios y el ritmo acelerado de las sociedades urbanas
están sometiendo su atención a cuestiones
productivas, económicas, especulativas y desequilibrantes. El hombre actual
se encuentra poseído de fantasmas
especulativos que fomentan sus peores temores y por ende es fácilmente sometido
y maleable. La esclavitud del hombre en crisis.
A las personas en su mayoría se le va
despojando de su capacidad crítica y se va convirtiendo en seres inconscientes de su capacidad intelectual y
pensante. Ya no valoran a las
experiencias como el medio del florecimiento de sus ideas si no tan solamente
el medio para obtener el mayor placer que sea posible, claro esta, a un alto
costo económico y personal.
El temor social se ha convertido en una
mercancía barata con un alto rendimiento utilitario para las corporaciones y
algunas instituciones gubernamentales. La violencia la inseguridad las
epidemias torpemente manejadas y con afanes sensacionalistas también hacen
pensar que son utilizados como medios desorientadores para la capacidad critica
de la masa social, la cual al final de cuentas resulta la mas afectada económicamente,
psicológicamente y socialmente.
Así como en el inicio de este escrito
mencionaba acerca de la extinción de especies de animales y plantas ocurre un símil
dentro del género humano la desaparición de los hombres pensante, de los
hombres críticos, de los hombres con honestidad intelectual en apego a la verdad. Dichos
seres han sido relegados por la propaganda hacia el hombre puramente
efervescente de pasiones, del hombre que busca placer tras placer para pasarla bien y no ver más
allá de sus actos, solo la satisfacción
de vivir el momento.
Si, el hombre tiene el derecho a ser feliz también
tiene la obligación por naturaleza de pensar, de razonar, de ejercitar sus
cualidades intelectuales para desarrollarse plenamente. De pensar por sí mismo
y saber convivir con los demás y ser consciente del medio ambiente en el que
esta asentado.
El hombre pensante no se pierde entre letras
para evadir la vida, al contrario el hombre pensante siembra ideas para
cosechar argumentos, con los cuales situará sus actos para desarrollarse
humanamente y alcanzar una verdadera mejoría como individuo social y como ser
particular. Es decir un ser cultivado.
Un ser pensante busca las verdades no para
presumirlas si no para saber donde esta parado, en su ser y en su existencia y
así desenvolverse, en el mundo en que
vive. Contrario a la percepción social en la actualidad pensar no es una
anormalidad o algo obsoleto sino es algo natural en el hombre.
El desarrollo intelectual no debe ser una vaga
obligación social, si no una convicción personal. Así como hay entusiastas en
los ejercicios físicos o entusiastas en el desarrollo tecnológico, debe haber
el mismo entusiasmo en el ejercicio y desarrollo intelectual.
Un hombre que no desarrolla su capacidad
pensante se convierte en un ser intelectualmente atrofiado.
Una persona obtusa
y manipulable.
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