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jueves, 3 de mayo de 2012

ElCamello, El León y El Niño.




El Filosofo Nietzsche en su obra  “Así habló Zaratustra” nos cuenta tres transformaciones del espíritu: cómo el el hombre se transforma en camello, en león y en niño. 

Es la metáfora del hombre del futuro, del superhombre.

El camello representa el momento de la humanidad en que su característica básica es la humildad, el sometimiento, el saber soportar con paciencia las pesadas cargas, la carga de la moral del resentimiento hacia la vida. 

El león representa al hombre como crítico-nihilista activo que destruye los valores establecidos, toda la cultura y estilo vital occidental. 

Y el niño representa al hombre que sabe de la inocencia del devenir, que inventa valores, que toma la vida como juego, como afirmación, es el sí radical al mundo dionisíaco. 

. “Mas ahora decidme, hermanos míos: ¿qué es capaz de hacer el niño, que ni siquiera el león haya podido hacer? ¿Para qué, pues habría de convertirse en niño el león carnicero? Sí, hermanos míos, para el juego divino del crear se necesita un santo decir “sí”: el espíritu lucha ahora por su voluntad propia, el que se retiró del mundo conquista ahora su mundo.” (“Así habló Zaratustra”).

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