Vistas de página en total

jueves, 15 de marzo de 2012

A don Miguel de Unamuno

Obra de Antonio Machado.




Este donquijotesco 
don Miguel de Unamuno, fuerte vasco, 
lleva el arnés grotesco 
y el irrisorio casco 
del buen manchego. Don Miguel camina, 
jinete de quimérica montura, 
metiendo espuela de oro a su locura, 
sin miedo de la lengua que malsina. 

A un pueblo de arrieros, 
lechuzos y tahúres y logreros 
dicta lecciones de Caballería. 
Y el alma desalmada de su raza, 
que bajo el golpe de su férrea maza 
aún durme, puede que despierte un día. 

Quiere enseñar el ceño de la duda, 
antes de que cabalgue, el caballero; 
cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda 
cerca del corazón la hoja de acero. 

Tiene el aliento de una estirpe fuerte 
que soñó más allá de sus hogares, 
y que el oro buscó tras de los mares. 
Él señala la gloria tras la muerte. 
Quiere ser fundador, y dice: Creo; 
Dios y adelante el ánima española... 
Y es tan bueno y mejor que fue Loyola: 
sabe a Jesús y escupe al fariseo.

No hay comentarios: