Moises del cid.
Muchos preguntan sobre la verdad
de las cosas, pero a la mayoría se les pasa la curiosidad y vuelven a sus
juegos. Viajeros de ocasión que
abandonan la aventura antes de salir del
pueblo, el saber implica convicción.
La carga puede ser pesada o puede
ser ligera según la resolución de tus pensamientos. Pero al final la recompensa vale la pena, la
congruencia y la claridad son las joyas que avalúan tus progresos.
El salir de la caverna deslumbra con la luz
del día. Nuestros ojos tardan en adaptarse, pero cuando ello ocurre, se admira
el paisaje universal. Por la noche hay estrellas, por el día los caminos y el
sol. Y no faltan temporales que atasquen
nuestros pasos y nos mantengan esperando el momento oportuno para salir de allí.
Sí el saber fuera fácil cualquiera pensaría.
Los títulos y reconocimientos son
reflejos sociales que poco definen quien eres. La esencia de ti mismo se devela
en la ultima exhalación vital. Ya de viejo te das cuenta de que no eres ni tu
nombre. El sabio se percata que la
mayoría de los hombres no saben, solo
creen saber.
Hay quienes hacen ciencia de lo
accesorio, especulan solo del artificio ornamental, lo externo. Pero cuando el agua les llega a las rodillas corren
a la orilla por no saber nadar. Y lo peor
es que no desean aprender ni a zambullirse.
Así ¿como pretenden refrescar ideas y encontrar
nuevos parajes intelectuales? cuando no
dan oportunidad para salir del confort de lo conocido. Puro ruido y pocas
nueces, se quedan con las cascarás por no buscar frutos nuevos.
La vida es de los intrépidos,
recitan los poetas. El saber es de quien
lo busca, olfateando paginas como ratón de biblioteca, andando caminos y
remendando zapatos viejos con nuevas ideas.
Tus pasos te llevan al saber que te corresponde. Desechas el lastre, tan
solo vagas con una bolsa como equipaje por que lo voluminoso entorpece la
marcha.
Para mirar
las estrellas se debe conocer el suelo que se pisa, para no tropezar como el de
Mileto. La verdad en ocasiones sabe a
cicuta y soledad. El destierro de los
justo por amor a la sabiduría y su vuelta triunfante en el regreso a la vieja atenas. El saber como un
fenix que perece y renace de sus cenizas a traves de los ciclos humanos. Hombres
que su saber los convirtió en inmortales.
“Vuelve sobre tus pasos cuando te
des cuenta que has errado en el camino”. Es de fuertes reconocer el error y remediar lo
dañado. No hay ser humano infalible, quien no haya metido la pata que lance el
primer zapato. Por que duele reconocer la falta y se requiere vencerse a sí
mismo para restaurar lo equivocado.
“Si no tienes verdad que te
alumbre siempre andarás entre sombras”. Cualquier banquete te sabra desabrido y
el vino te será amargo. Si no ejercitas quien eres ¿como te reconocerás a ti mismo?
La información es como una madeja
que al deserredarlas se vuelve conocimiento. El fin del conocimiento es conocer sin perderse
en explicaciones. El mejor aliado del saber es la sencillez.
Aunque no se alcance el saber
total siempre lo que se recauda nos deja beneficiados. Por que la apatía es
como quedarse dentro del cascarón por miedo o pereza de eclosionar. Con la ignorancia
se vuelve como las aves enjauladas,
presas y viviendo de migajas, sin conocer el esplendor de sus alas.
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