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sábado, 6 de abril de 2013

Florecer la ciencia.



Florecer la ciencia.
Moises cid.

 
La naturaleza evidencia la verdadera calidad del comportamiento humano.
 
En los últimos siglos del devenir humano se ha desarrollado ciencia en un despliegue técnico que ha superado por mucho la más creativa imaginación de la antigüedad. Se emancipado al poder científico en la máxima expresión en alcances y logros pero por el anverso de la moneda se ha deteriorado el ambiente y los sistemas ecológicos del planeta debido al negligente manejo de sustancias toxicas en pro del cientificismo y las utilidades de las empresas que invierten grandes capitales en “desarrollar ciencia”.
 
Pero la crisis ecológica esta  tocando, desde mucho tiempo atrás, graves consecuencias para los seres vivos e incluso para los mismos seres humanos. El agotamiento de los recursos naturales, el pobre aprovechamiento y cuidado en su manejo esta provocando una catástrofe humanitaria. El mundo que heredarán nuestros hijos será un planeta saqueado y ultrajado sin la menor consideración a las generaciones futuras.
 
Es imperante que el desarrollo científico no mire el alcance de sus logros próximos sino mas bien entienda y atienda que debe restituir lo que ha arrancado a la naturaleza y remediar las graves faltas que ha provocado en su afán progresista. La ciencia deja de serlo cuando se convierte en una herramienta para redituar los capitales en quienes con afán de lucro invierten en ella, pierde el sentido humanista si no repara en las graves consecuencias que provoca en su desempeño. Pierde en el trasfondo la racionalidad que presume por tan solo  fijar en su mira en obtener beneficios sórdidos y no fines trascendentes.
 
 
Dos cosas contribuyen a avanzar: ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino.
René descartes.

Así mismo la ciencia debe visualizar a futuro pero vigilar bien de su desenvolvimiento presente y subsanar los desperfectos con que ha afectado a la naturaleza en el pasado. Por ser un ejercicio del hombre y para el hombre, la ciencia no se puede desligar de lo ético. Y en ello debe considerar las consecuencias ambientales y humanas en cada uno de sus avances. La verdadera ciencia es universal y por ende su desenvolvimiento debe ser prudente y efectivo.


El carácter de progreso científico significa un avance, una evolución en el pensamiento y desempeño teórico-técnico. La humanidad ya no esta para graves errores  que se producen siendo  llevados por una desmedida ambición de poder y de ingreso económico. La palabra que cabe aquí es “florecimiento” la ciencia debe comulgar con la naturaleza y evitar que cada logro no signifique un daño irreversible al planeta.

Por su  temple intelectual la humanidad tiene vocación hacia la ciencia y el progreso pero igualmente le confiere un compromiso moral en su ejercicio y en el cuidado del medio ambiente.

La ciencia cuando es manejada de manera caprichosa y desproporcionada de toda mira humanista deja de ser ciencia por volverse cientificismo. Y el científico cegado por cualquier  ambición personal o ideológica se convierte en un engendro tecnificado que mas que avance es un retroceso experimental.

El progreso consiste en renovarse, en innovar, en cuidar de lo que hay en nuestro ambiente y favorecerlo para su equilibrio y armonía. Por que en el cuidado de nuestro ambiente esta la calidad de vida en la sociedad en que vivimos. Las graves enfermedades y pandemias son evidencia de que convivimos en un desequilibrio ambiental y mental. La ciencia debe  redireccionarse para solventar esta necesidad de mejorar el ambiente en el que nos desenvolvemos. La calidad del aire, la calidad del agua, la calidad de la tierra, la calidad de la vegetación y de la fauna nos ayuda y nos beneficia directa e indirectamente. Los pies humanos deben avanzar uno tras otro en el caminar, lo mismo la ciencia y el cuidado ecológico para que realmente se realice el progreso.

Algo que no se debe perder de vista es que la ciencia esta al servicio de la humanidad y no la humanidad al servicio de la ciencia. La ciencia esta obligada a mejorar la calidad de vida en el hombre y  el ambiente en el cual cohabita con otras especies.

La ciencia humana consiste más en destruir errores que en descubrir verdades.
Sócrates.

Es imperativo que la ciencia restaure lo que ha mancillado. Que responda por lo que ha violado en épocas pasadas por que ya no  es posible prorrogar esta necesidad. Estamos obligados por las generaciones futuras a heredarles un mejor ambiente que el que recibimos, en este fin no hay que ser ni negligentes ni mucho menos mediocres.

La ciencia en nuestros días debe aplicarse como un contraveneno en el medioambiente. El ser humano debe ocuparse en participar como solución ecológica y no como un agente nocivo que esparce sustancias toxicas a diestra y siniestra de manera indiscriminada. Es preciso  fomentar una cultura ecológica para evitar convertirnos en bacterias humanas.


Florecer la ciencia: tanto progresar como restaurar la calidad  del medio ambiente.