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jueves, 10 de enero de 2013

El infierno son los otros.


Moises del cid.

Hay una frase de Jean Paul Sartre que dice: “el infierno son los otros”. La cual nos argumenta que en los planos de convivencia nos conocemos a nosotros mismos desde la perspectiva de los demás. No existe un entendimiento único de nuestro ser sino por el juicio de los otros.
En el sentido común  la frase nos sirve para considerar nuestro desenvolvimiento personal y social e incluso familiar. Por que en el cuidado de nuestras disposiciones y expresiones contribuimos en armonizar el ambiente común o en enrarecerlo.
De acuerdo a nuestro dominio emocional  con los demás creamos un ambiente propicio en hacer nuestro sitio de trabajo, de diversión o de convivencia algo agradable y placentera. O de lo contrario en un campo de guerra con  una titánica lucha de egos.
Los pensamientos y actos que  emanan de cada persona en un mismo sitio  tienden cultivar  un orden y equilibrio en la interacción del grupo o en el desorden y caos de los presentes.
El cuidado de la estabilidad relacional en el conjunto de personas unidas con un mismo fin es indispensable para el desarrollo profesional, familiar y social. Haciendo de la experiencia algo enriquecedor o algo desastroso.
Las quejas, la baja autoestima, el rencor, la soberbia, la indiferencia y la pereza mental son malas disposiciones que afectan gravemente la estabilidad de un grupo y lo desvían del fin que se quiere lograr. Por disipar la atención en las rencillas y dificultades personales en los elementos del conjunto. Volviendo la experiencia grupal en algo infernal, un sitio y unas personas que se detestan entre sí. Lo cual es evidente en las caras de quienes se encuentran allí (rostros adustos, indiferencia, evasión, actitud agresiva, frustración).
Las personas que resaltan y enriquecen  la experiencia grupal cuentan con un animo jovial y dinámico, alegría, expresiones optimistas, entusiasmo por lo que se quiere lograr, disposición en realizar todo lo indispensable en colaborar con los demás, igualdad personal y sobre todo respeto hacia sí mismo y hacia los demás. En  actitud de contribuir para establecer orden, equilibrio y armonía en el grupo. Dicha disposición favorece la experiencia personal y social.
Si bien existen obstáculos para llevar a cabo un proyecto en sociedad esto se beneficia o se agrava cuando se cuida y se beneficia la manera en que interactuamos  con los demás. Podemos hacer de nuestro desempeño algo agradable o algo infernal. La interacción personal es algo fundamental en todo grupo de personas.
Es una mala experiencia convivir  en un ambiente agresivo por que no se permite manifestar lo mejor de cada persona, cultivando el odio y el rencor. Bloqueando la humanidad que poseemos.
En eso radica el infierno personal en detestar a los demás y a uno mismo.

Al final de cuentas somos personas coexistiendo con personas y el sano desenvolvimiento es lo fundamental para el enriquecimiento personal. Una armonía social es fundamental para desarrollarnos como personas plenamente.

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