Identidad.
Moises
Del Cid.
Pedro sentía sus manos degastadas por cavar
su propia tumba. Todo mundo se desconcertaba por lo excéntrico de su proyecto,
a nadie le gusta pensar que un día morirá.
Si no estás preparado para vivir tu vida se
disipará en mil temores, les contestaba Pedro.
Si hay algo seguro es que un día
nos despojaremos de este traje de carne y hueso, eso es lo único cierto que
contamos. Cada día nos enfrentamos a las mil y una incertidumbres las cuales ya
se nos hacen ordinarias y baratas. Por lo mismo apartamos nuestra mirada de lo
esencial para evadirnos por lo superfluo. Lo cómodo
nos enajena, lo esencial nos compromete. Y es el compromiso lo que
tratamos de evitar hoy en día. Porque lo esencial nos insta a trabajar en
aquello que no soportamos ver en nosotros mismos (nuestras fallas, nuestros
errores, nuestros vicios). Pero realmente el reparar en lo esencial es lo que
verdaderamente nos mejora.
Siempre caminamos en terreno
fangoso por no atrevernos a mirar aquello que nos da miedo. La vida es una
ruleta y segundo a segundo nos debatimos en muchas potencias a la vez, lo que
es y lo que puede ser.
Y ser mejor es vocación de lo que
existe y lo que es. Todo tiende a mejorar en la naturaleza. Porque lo que no
mejora se corrompe y se extingue.
Vivimos en una realidad
accidentalmente cambiante y sustancialmente constante. Saber quien se es, conforma
la principal respuesta en nuestra existencia. por algo los sabios exclamaban: “conócete
a ti mismo”. Porque conocerse así mismo es la verdadera misión en la vida. De
nada sirve vivir mil aventuras si no se
aprende de la experiencia. Por más intensa que sea una vida ésta termina en
frustración por no responder a la pregunta: ¿quién soy?
La identidad va más allá del nombre.
Nuestra identidad es lo más íntimo, es lo revelador, es lo que da sentido a
nuestra experiencia en el vivir. Si no sabes quién eres realmente estás
perdido. Al final lo que se hace y se deja de hacer es el exterior de quien se
es. La respuesta a la identidad es la mayor empresa en la existencia.
El saber quien se es, revela el
significado de lo que es propio. Yo soy, externamente se manifiesta como algo
simple, pero internamente es complejo. Yo soy, es la conclusión de los sabios
por que más allá de esas dos palabras lo demás es inefable para dicha
explicación. Es la conclusión en la existencia propia.
La
mayoría de las personas son otras: sus pensamientos, las opiniones de otros; su
vida, una imitación; sus pasiones, una cita.
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