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sábado, 16 de mayo de 2015

Identidad.

Identidad.
Moises Del Cid.






Pedro sentía sus manos degastadas por cavar su propia tumba. Todo mundo se desconcertaba por lo excéntrico de su proyecto, a nadie le gusta pensar que un día morirá.
Si no estás preparado para vivir tu vida se disipará en mil temores, les contestaba Pedro.


Si hay algo seguro es que un día nos despojaremos de este traje de carne y hueso, eso es lo único cierto que contamos. Cada día nos enfrentamos a las mil y una incertidumbres las cuales ya se nos hacen ordinarias y baratas. Por lo mismo apartamos nuestra mirada de lo esencial para evadirnos por lo superfluo.  Lo cómodo  nos enajena, lo esencial nos compromete. Y es el compromiso lo que tratamos de evitar hoy en día. Porque lo esencial nos insta a trabajar en aquello que no soportamos ver en nosotros mismos (nuestras fallas, nuestros errores, nuestros vicios). Pero realmente el reparar en lo esencial es lo que verdaderamente nos mejora.

Siempre caminamos en terreno fangoso por no atrevernos a mirar aquello que nos da miedo. La vida es una ruleta y segundo a segundo nos debatimos en muchas potencias a la vez, lo que es y lo que puede ser.

Y ser mejor es vocación de lo que existe y lo que es. Todo tiende a mejorar en la naturaleza. Porque lo que no mejora se corrompe y se extingue.

Vivimos en una realidad accidentalmente cambiante y sustancialmente constante. Saber quien se es, conforma la principal respuesta en nuestra existencia. por algo los sabios exclamaban: “conócete a ti mismo”. Porque conocerse así mismo es la verdadera misión en la vida. De nada  sirve vivir mil aventuras si no se aprende de la experiencia. Por más intensa que sea una vida ésta termina en frustración por no responder a la pregunta: ¿quién soy?


La identidad va más allá del nombre. Nuestra identidad es lo más íntimo, es lo revelador, es lo que da sentido a nuestra experiencia en el vivir. Si no sabes quién eres realmente estás perdido. Al final lo que se hace y se deja de hacer es el exterior de quien se es. La respuesta a la identidad es la mayor empresa en la existencia.

El saber quien se es, revela el significado de lo que es propio. Yo soy, externamente se manifiesta como algo simple, pero internamente es complejo. Yo soy, es la conclusión de los sabios por que más allá de esas dos palabras lo demás es inefable para dicha explicación. Es la conclusión en la existencia propia.


La mayoría de las personas son otras: sus pensamientos, las opiniones de otros; su vida, una imitación; sus pasiones, una cita.

                                                                           Oscar Wilde

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