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miércoles, 31 de diciembre de 2008

La Emancipación Cientificista.



La emancipación cientificista.
Por: Jesús Moisés Del Cid Robles


En los últimos tiempos ha ocurrido una emancipación de la ciencia hacia el estudio de lo abstracto y lo particular, lo cual ha traído la diversificación y especialización del estudio científico en aspectos muy específicos. Es así como la ciencia ha adquirido un carácter mayormente particular, práctico y mediático sobre el conocimiento de los seres u objetos de estudio. Es notable el que la ciencia intenta despojarse de todo elemento o rasgo tradicional para convertirse en un mero medio para una búsqueda de respuestas y resultados prácticos, concretos y específicos. Es decir en una ciencia exacta.

La clásica definición de la ciencia, “el conocimiento de las cosas por sus causas últimas”, es considerada como un lastre que debe redefinirse en un concepto más dinámico, práctico y experimental.

Es muy evidente que el científico moderno o postmoderno intente dar mayor preponderancia a un conocimiento mediante instrumentos de medición, experimentación y verificación de datos. Esto es con el esfuerzo de desarraigar a la ciencia del fundamento metafísico y ontológico de los seres (piedra angular de la ciencia tradicional), es decir pasa de ser una ciencia de lo universal a una ciencia de lo particular. Por tanto una investigación científica ha de despojar los conceptos metafísicos y ontológicos de los seres de estudio para concentrarse en el estudio del hecho del fenómeno o del dato tangible o medible. Dichos fenómenos o hechos solo es valido si puede ser analizado materialmente o diseccionado para el estudio de los componentes que lo conforman.

Es así que la utilidad y la practicidad de los resultados han venido a ser los rectores de la ciencia la cual tan solo toma a los seres de estudio para su servicio. La ciencia por encima del ser y por consiguiente por encima del hombre. La tiranía de la ciencia.

La ciencia particular observa a la filosofía como algo obsoleto e inútil, como un fósil es que para el cientificismo actual la trascendencia y el devenir del ser se ha diluido en la economía y la utilidad del ser. El carácter de bien ontológico en el ser se ha convertido en el bien económico y practico del ser.

Ya no se recita: “el valor del ser en cuanto ser”. Sino “valor del ser en cuanto existe o vale”.

El científico postmoderno se ha valido de esta emancipación cientificista mediante el engrandecimiento en la obtención de pequeños resultados (en comparación de lo que es y de lo que existe que aun la misma ciencia desconoce). La autoridad científica incluso resulta aun contradictoria en muchos casos en los cuales ha establecido diversas “teorías científicas” las que aun siquiera ni pueden ser científicamente verificables ni mucho menos científicamente corroborables mediante instrumentos de medición. También la soberbia influencia de “genios científicos” que estipulan leyes, tesis. Principios e hipótesis sin responder ni evidenciar ni argumentar cabalmente sus propuestas teóricas. Es así como el supuesto avance científico se va convirtiendo más bien en una influencia dogmática evidentemente en terrenos aun inaccesibles para la ciencia actual.

La emancipación de la ciencia se ha convertido en muchas ocasiones en un juego retórico, artificioso y utilitario en el se postulan leyes, normas en base de estudio de causa-efecto de hechos y fenómenos medibles, particulares, tangibles y experimentales. Dichos estudios terminan desbocando en un moustro científico que absorbe a los seres y los somete a su dominio. Exagerando el alcance de la ciencia y desviándose del servicio que ésta debe responder a los seres. La ciencia debe servir al ser y no el ser debe servir a la ciencia.

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