La Gran Biblioteca de Alejandría.
Por Jesus Moises Delcid.
Alejandría en Egipto, fue la principal ciudad en el mediterráneo oriental, fue fundada en el año 331 a. C. por Alejandro Magno. Siendo favorecida por su geografía, dicha ciudad, floreció en la actividad portuaria y por ende tuvo predominio comercial en el imperio griego.
A la muerte de Alejandro (323ª.C.) y a falta de un sucesor directo, el territorio de Egipto paso a manos del general Lagos y con su descendencia comienza la dinastía de los Ptolomeos. Quienes siguieron rigiendo a Egipto con la distinción faraónica, misma que en su momento, se distinguió al Magno conquistador.
Fue a la visión de los primeros faraones de la dinastía ptolomeica quienes enriquecieron, tanto comercialmente como culturalmente, la situación del país egipcio. La misma Alejandría fue dispuesta y ornamentada con lo mejor de los recursos y edificaciones que manifestarían la grandeza de quienes ostentaban el poder de dicha metrópoli, es así que una de las más celebres y reconocidas edificaciones tuvo a bien de construirse y abastecerse en dicha dinastía, que fue El Museo y Biblioteca de Alejandría. Se menciona en diversos escritos, que dicha biblioteca incluso fue legada hasta el imperio romano. Se deduce entonces: que todo el bagaje cultural de cada imperio precedente, influye en el nacimiento y desarrollo de los florecientes poderíos. Transmitiéndose todo el bagaje cultural tanto del imperio egipcio, persa, griego y de las influencia de las culturas hebreas y árabes. Por su continuo trato desde la antigüedad.
El Museo y Biblioteca de Alejandría fue concebido y edificado con el objetivo de acoger toda la actividad intelectual y científica de la época. Para ello se dispuso a conformarse con los mejores y mas abastecidos recursos para su desarrollo y disposición y manifestación en la grandeza y prestigio de la cultura imperante en Egipto, siendo luminaria ilustre del mundo antiguo.
El diseño y la configuración de la biblioteca de Alejandría se denotaba la fuerte influencia de la cultura griega tanto los aportes sistemáticos de la academia platónica, así como también los aportes intelectuales y sistemáticos del liceo aristotélico.
La biblioteca y Museo de Alejandría compartían un mismo complejo y se anexaban como una sola edificación disponible al cultivo del saber y la ilustración de sus ciudadanos especialmente los mas poderosos y ejemplares y celebres de la ciudad. Así como aquellos allegados de diversas partes del mundo conocido y que su saber y honor precedían a su presencia. Es así que deambularon por sus instalaciones mentes tan iluminadas como Apolonio de Rodas, Eratóstenes de Cirene, Apolonio de Alejandría, Calímaco de Cirene, Euclides, Arquímedes, Teón de Alejandría, Plotino, Claudio Tolomeo, Galeno y la distinguida Hipatía de Alejandría.
La biblioteca se constituía por una serie de salas conformadas en compartimientos donde se resguardaban los libros, los cuales eran en modalidad de rollos elaborados de hojas de papiro. Además eran enrollados a una varilla cilíndrica de madera y de los cuales colgaban una placa con los nombres del autor y de la obra. Así también había espacios dentro de la biblioteca donde se transcribían las copias de libros. Para enriquecer el acervo bibliográfico se dispuso a recabar textos ya sea mediante la donación, compra y confiscación de cuanto libro hubiera a disposición en aquel tiempo. Así también hubo gran dedicación a la traducción de obras y tratados provenientes de las diversas culturas al idioma griego.
Las materias que componían la literatura de la biblioteca eran: Historia, Medicina, Retórica, Filosofía, Épica, Comedia, Tragedia, Religión, Poesía, Leyes, etc.
La concepción y visualización de dichas edificaciones (museo y biblioteca) eran de distinta apreciación a como las percibimos y valoramos hoy. Tanto la biblioteca como el museo de Alejandría eran apreciados no como simples edificios que resguardan textos y artificios para la divulgación científica e intelectual, sino más bien eran honrados como verdaderos templos del saber. Es decir con investidura sacra.
Muchos datos de estas maravillas clásicas quedan aun en la incertidumbre del saber científico, pero la existencia y grandeza tuvo gran difusión en su tiempo y que en diversas maneras testifica y da fe de lo magnánimo de esta obra, que aun cimbra y asombra por la finalidad y cultivo del saber en la antigüedad.
Es importante concebir la Biblioteca de Alejandría como una importante luminaria e influencia en la divulgación cultural e intelectual que rebasa aun su presencia física a través del tiempo hasta nuestros días, y que honra la visión de aquellos que no solo vieron la grandeza de su hegemonía no solo en dominación marcial y económica sino que los mas noble de su legado fue el reguardo y enriquecimiento intelectual con tales edificios e instituciones. Y que en cada sociedad o asentamiento humano se debe edificar el acervo literario y científico en espacios que verdaderamente difundan e influyan en sus ciudadanos a la instrucción mediante la lectura y apreciación de documentos que los enriquezcan intelectualmente.
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