Labor Filosófica.
Por Jesus Moises Delcid.
En la actualidad se atenta en gran medida contra el ejercicio del pensamiento, considerado como una perdida de tiempo y esfuerzo por buscar el sentido a las cuestiones que atañen a la naturaleza del hombre y su relación tanto como a sus prójimos, como a la realidad en el mundo que le rodea.
Como todo egresado de filosofía, la prioridad insta como un comienzo hacia el adentramiento del vasto conocimiento filosófico más que una cómoda postura en una pobre consideración de simples términos y cuestiones sino más bien abrirse de capa al estudio, a la valoración y atención de todas aquellas corrientes de pensamiento que ha tenido influencia en la ciencia humana.
Un filósofo debe tener una perspectiva abierta ante cualquier postura, aunque no comulgue con su formación académica. Pero debe tener el recurso para aceptar o rechazar mediante el método cognitivo adecuado hacia la certidumbre y sentido de la verdad.
El filósofo busca encausar su discurso hacia el valor y peso del argumento, más que al afecto de sus caprichos. En ello enriquecerá y dará fortaleza a las obras que ejecuta.
La labor del filosofo, tiene por vocación, el tender hacia la verdad y aunque la actividad contemplativa y especulativa propia del ejercicio filosófico aparentemente se muestra por demás tediosa y pasiva a la mayoría de las personas, ocurre que resulta en una enorme dinamicidad del pensador a través de dar orden, comprensión y claridad a las ideas que se dan en su entendimiento.
Un egresado de filosofía no puede quedarse apaciblemente a beber café y releer superficialmente los mismos autores y obras de siempre. El verdadero filosofo busca afectuosamente a contemplar las múltiples ideas que han fundado a las diversas escuelas en la historia de la filosofía y según su temperamento realizar una labor filosófica tanto en escritos, discursos, diálogos, conferencias y toda forma en que pueda manifestar su pensamiento con creatividad.
La labor filosófica es un ejercicio intelectual constante. Cualquier suceso, palabra, frase, imagen le tiende por vocación a buscar sentido y significación. Es decirle estimula a pensar.
Más que una inactividad, existe una diligencia en el entendimiento hacia lo filosófico y humano.
Todo egresado de filosofía da un primer paso para ejercer su profesión y no debe considerarse un filósofo consolidado. Es fuera de la formación académica cuando apenas comienza a fortalecer y comprender realmente lo aprendido al ejercitar sus ideas y habilidades para defender y enriquecer o acceder su pensamiento a la verdad.
Quizás el filósofo representa aquello que se pretende contraindicar en las sociedades productivas con- sumistas de la posmodernidad. En la cual es reducido el tiempo y el lugar para la reflexión en el pensamiento que considera y da sentido, en lo que se es y en el devenir, tanto como individuos como sociedad.
La vida es muy corta como para no tomarse un tiempo para pensar y considerar que es aquello verdadero.
Un filósofo no debe desdeñar, ni evadir superfluamente las consideraciones de otros pensadores. Por que la vocación filosófica se mueve más por estudiosidad que por la simple y vaga curiosidad. Cualquier postura de pensamiento se le presenta como atractiva y digna de ser comprendida o considerada, es una compenetración de pensamientos.
El camino filosófico es arduo y tortuoso pero a la vez clarificador, asombroso y enriquecedor para aquel que lo transita. Aunque para muchos resulte melancólico, para otros trágico, para algún más alegre. Más dentro de todos ocurre un esclarecimiento de lo que se es y lo que ocurre en la realidad. El filósofo transita bajo cielo iluminado por ideas.
El licenciado de filosofía debe ser diligente en la ejecución de obras propias. Las cuales aunque breves e imperfectas, no dejan de tener relevancia sobre todo en la actualidad que pretende no dar lugar al ejercicio del pensamiento. Si bien en un principio se balbucea conceptos filosóficos, con el estudio y la experiencia en la vastedad de obras enriquecedoras se irán calibrando y superando las habilidades intelectuales, discursivas, dialógicas y literarias para expresar las ideas propias y con seguimiento hacia la verdad.
3 comentarios:
Estoy de acuerdo con la idea de sacarle el moho al diploma y ejercer productivamente la filosofia.
No es filosofo aquel que se sienta a pensar dos horas al dia tratando de exprimir un concepto dado sino aquel al que no le es posible transitar la vida sin cuestionarse a cada momento el por qué de las cosas, de lo establecido y de lo venidero.
un filosofo no lo es por un diploma, lo es por fuerza mayor.
fue filosofo Einstein, lo es woody allen tanto como aristoteles o platon ya que en su trancurrir va de suyo el plantearse el por qué y el cómo de todos los misterios de la vida.
Exacto, perspectiva abierta más que postura te da la condición necesaria para navegar en el mar del pensamiento humano y degustar los mil y un sabores de la verdad, más que tratar de "monopolizar" la verdad. Y ciertamente la filosofia es un recurso que como los recursos naturales, se encuentra al alcance de todo ser humano que se precie de pensar. Sólo que la mayoría prefiere ser arriado más que arriero. Felicidades!
Exacto, perspectiva abierta más que postura te da la condición necesaria para navegar en el mar del pensamiento humano y degustar los mil y un sabores de la verdad, más que tratar de "monopolizar" la verdad. Y ciertamente la filosofia es un recurso que como los recursos naturales, se encuentra al alcance de todo ser humano que se precie de pensar. Sólo que la mayoría prefiere ser arriado más que arriero. Felicidades!
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