De Nacos.

¿Qué es el Naco?

Por Jesus Moises Delcid R.

Dentro de la sociedad mexicana existe un personaje de singulares características y quien representa el espíritu anarquista a las buenas costumbres dentro del desenvolvimiento público,  al cual nombramos  “El Naco”.

Alguien me comento alguna vez que la palabra naco significa nopal en lengua ópata. Ese vegetal verde y espinoso y de consistencia babosa tan típico de la flora de nuestro país y el cual a pesar de su tosca consistencia es codiciado por las propiedades nutritivas y curativas por quienes conocen de sus características. Es importante recordar que hasta en nuestro escudo nacional y en nuestra bandera también se representa la planta en cuestión el naco opata, el nopal. Y que en la cual se encuentra postrada la noble y distinguida águila sosteniendo y devorando a la serpiente. Es pues que los mexicanos guardamos en nuestra idiosincrasia el nopal configurado hasta en la solemnidad de lo patrio.

Retomando sobre lo naco es aquella persona que tiende su gusto a lo disonante, a la desproporción de formas y conductas en su proceder, en su pensar y en la orientación a no guardar recato ni limite a sus hábitos. Evitando toda regulación  y moderación en su actuar.

Comúnmente se designa al naco como aquella persona de  gusto vulgar o inferior y de hábitos incultos. Es pues que la persona naca es un ser con un operar discrepante y el cual no guarda decoro por las normas y las formas propias del desenvolvimiento socialmente aceptado.

Un naco es una persona dispar, la cual no guarda equivalencia con las demás y por lo mismo siempre es acusado de romper con la armonía social en una reunión o evento. Un naco desordena con su proceder y vestir toda estética refinada a la cual acostumbran quienes se ostentan de gran cultura y conocimiento de sofisticadas costumbres.

La fascinación que muchas personas encuentran en la elegancia y delicadeza,  en el naco llega a estrellarse por el placer que este experimenta en el mal gusto. Si bien para muchos esta descripción puede atentar de ofensiva, realmente no lo es en el sentido de que la libertad de ser naco es en su atrevido desenvolvimiento y en la despreocupada sinceridad por distinguirse más por el exceso y desbordamiento de actitudes, accesorios que desentonan y que en ese espíritu de desarraigo social  se concreta en  el gozo de la distinción de su proceder.

El naco es una persona que juega y experimenta con lo que aquello que esta fuera de su alcance y dominio, pero que a diferencia de la mayoría de los individuos, no encuentra discreción ni limite en su ignorancia. Muy por el contrario presume de ella. Es un imprudente que se goza de su vulgaridad, que se deleita de su estridencia social. Es un sujeto desafiante a lo socialmente permitido, es una persona que desafina, que no guarda delicadeza alguna.

Lo naco no es distintivo de algún estrato social en especial, nacen crecen y se desenvuelven por las diversas capas sociales que conforman la comunidad humana. Desde el más humilde y recóndito paria hasta la más acaudalada familia en cualquier parte puede surgir un naco.

Intelectualmente el naco viene a ser un Diógenes moderno y postmoderno, aquel filosofo de la antigua antigua  Grecia y maestro de la escuela cínica que se distinguió por su agudeza y áspero vivir y quien criticaba de manera desdeñosa todo aquellas convenciones sociales que impiden una vida natural e independiente de las cuestiones vanas y superfluas de la sociedad las cuales envilecen y pervierten la virtud humana. Este era el celebre filosofo que comía, dormía y realizaba sus necesidades fisiológicas delante de todos y sin importarle el lugar.

Para terminar la cuestión más antishakespeariana en la cual  vive el naco, es la que bien define el ilustre Octavio paz en uno de sus ensayos:

“Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado”.

He ahí el dilema.